El Hospital de AMUS a pesar de encontrase ante semanas de máximos ingresos por la entrada masiva de animales por las dos olas de calor, no puede pasar por alto compartir con toda la sociedad el desenlace de cinco historias cargadas de heroicidad. Cinco aves recuperadas de graves lesiones y algunas de ellas pertenecientes a especies amenazadas nos dicen mucho de lo importante que es la contribución a la conservación de la biodiversidad desde este hospital.
Ver los mapas de los movimientos de los animales liberados y conocer donde duermen, donde se alimentan, los lugares en donde van descansando e incluso donde se bañan es ser espectadores de un maravilloso y apasionante documental casi a tiempo real, sin montajes, ni escenas preparadas.
Dos águilas imperiales, un buitre negro, un alimoche y un milano negro forman parte de un nuevo batallón de aves recuperadas y devueltas a la Naturaleza que libremente campean por la variada geografía de la península, ellos son parte de los actores (hay muchos más) de una larga serie formada por fauna silvestre que participan en una historia tan real como apasionante.
La reinserción con éxito de estos valiosos ejemplares a sus antiguas áreas de donde fueron extraídos heridos supone algo de gran importancia: por un lado, supone el éxito ante la recuperación de especímenes inhabilitados dándoles una segunda oportunidad y por otro, se pone de manifiesto el nivel de calidad médica que proyecta un hospital que se aproxima a los treinta años de recorrido.
Entre las trepidantes historias que os queremos contar, podríamos empezar por la última, es decir, por el animal que más recientemente hemos liberado. Se trata de “Orel” un Águila imperial que ingresó en febrero de este año tras ser disparada. Al recepcionarse en el hospital de AMUS se le evidenciaron más de cuarenta perdigones de plomo por un disparo; fracturas en ambas alas, el pico roto y un ojo atravesado por una rama nos daban muy pocas opciones, sin embargo, los equipos de AMUS volvieron a ensamblar lo roto, a rozar lo imposible. A pesar de perder un ojo y con dos cirugías realizadas fue liberada en este mes de Julio 2022 y a pocas semanas desde su puesta en libertad en el valle de Matachel (Badajoz) se encuentra prácticamente a las puertas de la capital española, Madrid. Es tan satisfactorio saber que este animal se ha adaptado y puede cazar con un solo ojo. “Arena” es otro Águila imperial también liberada hace dos años y que vive a caballo entre Portugal, Andalucía y Extremadura y que el 8 de Julio su emisor marcaba nada más y nada menos que 54 grados al sol. “Eton” es un Buitre negro recogido de la carretera con un cuadro de parálisis generalizada posiblemente por un traumatismo y por un episodio de intoxicación, hoy patrulla las laderas y riscos de la Sierra de San Pedro. Y ya para finalizar hablaros de “Freile” un Alimoche con una sola pata o “Plomo”, un Milano negro (también disparado) al que se le practicó un injerto de hueso en el arco del proyecto que AMUS desarrolla de implantes óseos, fue a África, regresó y además se encuentra criando en un lugar de Extremadura ¿Qué más podemos desear?
Sirvan estas frases de este documental extraído desde la realidad para alertar sobre la preocupante situación por la que atraviesan muchas especies con problemáticas aun no resueltas y en las que nuestra especie es la responsable directa.
Pie de fotos:
1.- Etón el buitre negro, en el momento previo a su liberación durante la colocación del emisor Gps.
2.- Detalle del ojo dañado de Orel, el Águila imperial que ha sabido sobrevivir con la mitad de su visión perdida.
3.- Momento de la liberación de Orel por parte de la Consejera para la Transición ecológica y Sostenibilidad de la junta de Extremadura Dª Olga García García.
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