Su nombre ha sido otorgado por su baño de color dorado y por el deseo de expandirse como la haría cualquier duna que se aleja del mar.
Hoy 14 de Octubre de 2020 hemos celebrado, cargados de emoción, como “Duna” un ejemplar de Águila imperial tras meses de tratamiento en el hospital de AMUS, ha sido liberado después de sufrir una electrocución.
El hospital de AMUS bajo el convenio con la DGS de la Junta de Extremadura ha conseguido con una terapia avanzada y novedosa gestionar las lesiones generadas por una descarga eléctrica y recuperar a este ejemplar para devolverlo totalmente restablecido a la Naturaleza. Es todo un éxito que revaloriza la función de los centros de recuperación y los acuerdos de cooperación entre entidades.
Hemos roto la frustrante tendencia y hemos vencido lo que hasta ahora era invicto: Las electrocuciones. Lanzarla al viento y cobrar forma en él tras meses de edemas, necrosis, inflamación, vendajes, pomadas, antibióticos, laser…ha sido el mayor revulsivo, el más poderoso acicate para seguir avanzando. A partir de ahora se abre un nueva senda basada en la esperanza y transportada en una innovadora ciencia, que hará lo imposible por darle una segunda oportunidad a aves condenadas a morir o a vivir en cautividad el resto de sus días.
El Águila imperial es una de las rapaces más amenazadas del planeta. Las electrocuciones afectan a casi el 80% de los ejemplares en sus primeros años. Pero Duna tan solo ha tardado tres meses en recuperarse. Va a estar contralada por chip durante al menos cinco años.
Existe, en este apéndice del sur de Europa, una especie tan genuina como amenazada, tan singular y especializada a vivir en los bosques mediterráneos que la hace ser peligrosamente vulnerable y dependiente. Este en este milagroso escenario natural, la última oportunidad para aquella fauna más icónica de una faz dominada por encinas, alcornoques y sierra tamizadas de matorral.
Extremadura dispone de algo más de cincuenta parejas reproductoras, de las 330 aproximadamente que existen censadas en España. Están repartidas entre Monfragüe, Sierras de San Pedro, Sierras de Azuaga y Llerena y las periferias de las sierras de Hornachos y supone uno de los más importantes bastiones poblacionales junto con Andalucía, Castilla la Mancha y Madrid. Duna vuelve ahora a volar, no se sabe qué lugares explorará, es muy probable que vuelva al lugar donde nació, y permanezca para siempre en Extremadura.
Además lo hemos celebrado de la mano de Jesús Moreno (Director General de sostenibilidad de la junta de Extremadura) Luis Enrique Delgado (Jefe de servicio de conservación de la Naturaleza) y María Jesús Palacios (Jefa de sección de vida silvestre).
Agradecimientos: Dirección General de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura por facilitar el emisor GPS del que va provisto el ejemplar y por su estrategia de amenazas que permite desarrollar actuaciones sobre las más serias problemáticas sobre especies amenazadas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para el análisis de la navegación de los usuarios. Si continua navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Ok Más información