La incidencia de las líneas eléctricas sobre la avifauna es una de las causas de muerte no natural de mayor significado sobre las aves salvajes. Se estima, que en España según el MITECO, unas 33.000 aves se ven afectadas por este problema pero según otras fuentes las cifras pueden llegar a 300.000 al año. Tan solo un 15% de las aves que sufren electrocuciones o colisiones son halladas, de aquí que este problema esté muy infravalorado. La mayoría mueren o son depredadas sin que formen parte de ninguna base de datos. Ante todo esto, AMUS ha puesto en marcha gracias al apoyo del Ministerio para la transición ecológica y el reto demográfico, a través de la Fundación Biodiversidad y también con el apoyo de la DGS de la Junta de Extremadura un innovador proyecto basado en la búsqueda de estas aves con la ayuda de perros especialmente adiestrados en biodetección. En estas semanas tras largos meses de adiestramiento hemos empezado a recorrer los primeros transeptos en aras de validar este método y poder replicarlo en otras comunidades. El objetivo es aproximarnos a la incidencia real a través de los posteriores estudios estadísticos y en el proceso podremos recuperar más aves afectadas por este gravísimo problema.
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