“Cuenta la leyenda que ya no hay casi música en las hondonadas, que los valles plañen la ausencia que los inunda, aquella que los preña de la sabia necesaria para reverdecer y que las gargantas encajonadas de la montaña apenas juegan por la ausencia de nieves invernales”. Este pensamiento anónimo, refleja con gran exactitud el proceso y el estado por el que atraviesan nuestros ríos; ecosistemas unidos en la noche de los tiempos a la vida de todas las especies y parte decisiva en la propia historia del hombre. Los ecosistemas acuáticos no solo transportan un elemento clave para el desarrollo de la vida, sino que son las arterias nutricias que propelen la riqueza, la base para que todo se pueda desarrollar. Desde sus angostos y recónditos nacimientos hasta su entrega en el horizonte salado, representan un sistema vascular necesario para que el planeta se mueva. En la actualidad, los ríos son una evanescencia ante lo grotesco de unas sociedades humanas que han pasado de la veneración y el culto, al saqueo y cuando no, al lugar donde verterlo todo...se han convertido en un váter. No existe una formación natural más perfecta, casi milagrosa de suministro de oxígeno, de aporte esencial para que la vida se exprese. Sin el agua, sin esa molécula formada por átomos los bosques que la acompañan y cualquier comunidad viva por pequeña que sea, no es viable.
En este apéndice continental cada vez más seco- llueve menos- en el que la desertificación avanza también espoleada por el cambio climático, la conservación y el mimo hacia las masas de agua, los meandros, cualquier arroyo que pasa por el pueblo, cualquier manifestación de este elemento incoloro, es uno de los acometidos más urgentes por parte de nuestra especie.
Este próximo Domingo 13 de septiembre celebraremos un año más el Día del Río. Debido a la situación sanitaria, lo haremos a título individual o en grupos muy reducidos, manteniendo las medidas oportunas.
Demuestra tu sensibilidad y adhesión por este medio y dedica algunos minutos a limpiar de basura el río, arroyo, pantano o la fuente más cercana, en un acto de solidaridad y defensa de estos amenazados ecosistemas.
Fotografía: Nutria. Autor Jesús Mateos
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