El empleo de lazos, cepos, ballestas, redes, jaulas trampas y otros métodos de captura de animales salvajes no selectivos, están prohibidos por la ley, salvo autorizaciones expresas y puntuales y no en todos los métodos apuntados. La crueldad y la muerte agónica- muchos fallecen por estrés o miopatía de captura antes de ser hallados- sitúan a estas acciones en el escalón de lo espeluznante. Zorros, ginetas, tejones, gatos monteses, linces, comadrejas y no pocas rapaces pueden ser víctimas muriendo por inanición, deshidratación, infecciones sistémicas o a golpes si son encontradas vivas. La peligrosidad de que la víctima pueda ser cualquier especie incluida la nuestra, por ejemplo si trata de un cepo, elevan estos actos a un delito muy grave y a un atentado contra la salud. En el día de hoy, dentro del arco de colaboraciones con el seprona de la Guardia civil; los agentes de este cuerpo especializado de la unidad de Mérida, rescataban a un zorro atrapado en un cepo. Al ver estas imágenes, tenemos que hacer un esfuerzo para retrotraernos a la España de los años 70. En Extremadura, acaba de crearse una estrategia sobre “Amenazas en fauna salvaje” en la que diferentes administraciones y cuerpos y fuerzas de seguridad del estado cooperan para frenar los delitos contra la fauna (Seprona de la guardia civil, Agentes del Medio Natural y la propia Dirección General de Sostenibilidad de la junta de Extremadura como entidad coordinadora). En esta seria apuesta, referente en el ámbito nacional y tan decisiva para la conservación de la biodiversidad, están también integrados los dos centros de recuperación autonómicos (los Hornos/Cáceres y AMUS/Badajoz). Queremos agradecer en el día de hoy a la unidad del seprona de la Guardia civil de Mérida. El zorro a estas horas ya duerme sedado y operado en el hospital de fauna salvaje de AMUS.
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