Las bromas pueden ser muy dispares en su intencionalidad y adquirir formas muy diferentes; pueden estar cargadas de rencor, envidia, ira, despecho, venganza o de “mala leche”- permitirnos la expresión- Hay otras que pueden ser pues eso “bromas sanas” que buscan la risa fresca y amable en un contexto de afabilidad, de amistad. Esto que parece una descripción neropsíquica del acto de bromear es el intencionado rodeo que hacemos para no describir a la persona que se dedica a hacer blanco con una escopeta de aire comprimido sobre un errabundo y hambriento juvenil de Buitre leonado. La capacidad de sorpresa en los actos de ciertos personajes con acciones psíquicas anormales, son un fiel reflejo de una profunda inadaptación en sociedades que se bañan de ser evolucionadas; es cómo para plantearles a estos actores de lo cruel que piensan del cambio climático, de la perdida acelerada de biodiversidad ante la sexta gran extinción, de la escasez de recursos mundiales en áreas del planeta en la que la gente muere por no tener acceso a las demandas más esenciales como el agua, la comida y no digamos la salud...¡Qué ilusos somos¡...¿Por dónde hay que empezar para cambiar esta huída hacia adelante?
Imagen: Detalle del cráneo, a través de una radiografía...¡ah! y no es un montaje- de un ejemplar de Buitre leonado admitido en el hospital de AMUS tras ser la diana del jocoso de turno. En el detalle de la cabeza se aprecia las entradas de los balines en la zona inferior del ojo y en el pabellón auditivo.
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